Por: Melissa Rojas
Rodríguez
Siglo
XIX y XX, momento histórico de cambios y sufrimiento en diferentes partes del
mundo, centrándonos aquí especialmente en Europa; situaciones como la primera y
segunda guerra mundial, marxismo, gobierno nazi, fascismo creado por Benito
Mussolini y sumado a esto la revolución industrial que venía sucediendo desde
el siglo XVIII, provocaron cambios en la economía, la cultura, y las ideologías
de las personas. Para darle un rumbo específico a éstos sucesos cabe resaltar
que hay una constante en la historia de las sociedades: los manipulados y
necesariamente los manipuladores, digo “necesariamente” porque es una relación
bidireccional y una relación de dependencia; ha existido en las comunidades a
raíz de las diferentes creencias una necesidad de guía, donde alguien o algunos
son quienes orientan a la “masa”,
evidentemente por la historia podemos decir que han sido relaciones que dan
lugar a actos de desigualdad, a una estratificación de la sociedad donde los
que “mandan” tienen el poder absoluto y
los demás por ley se tendrían que ajustar a las condiciones y ser llevados como
un rebaño. Hay quienes apoyan ésta concepción de sociedad como hay quienes en
algún momento tuvieron una perspectiva de total oposición, ejemplo de esto es
Carlos Marx y otros pensantes como Federico Engels, representantes del
socialismo marxista.
Es
en este contexto donde se dice ‘no’ a las relaciones que se vienen dando y
aparece una visión de equidad para la sociedad, más que un socialismo utópico,
propone Marx, es un manifiesto comunista que ve la solución en tres propuestas:
el materialismo histórico, la valorización del trabajo es decir la economía
política y el socialismo científico que significa que la propiedad privada sea
una propiedad del estado y por ende de la comunidad; Para Marx la economía es
el sistema que influiría en cualquier interacción de la sociedad.
Así
pues, en 1923 surge un movimiento apoyado en las ideas que Marx había ido
cultivando desde mediados del siglo XIX, denominado la escuela crítica de
Frankfurt; éste fue impulsado por Max Horkheimer, quien al igual que Marx
consideraba que la tecnología era uno de los aspectos que no ayudaban en el
buen desarrollo de la sociedad, pero a diferencia del marxismo, Horkheimer
consideraba que no sólo se podía hablar de la práctica sino también de la
teoría como complemento para pensar en una liberación de los oprimidos.
Horkheimer
junto con Adorno, Marcuse y otros pensantes, vieron la crítica como algo
necesario e indispensable para no permitir relaciones de opresión que se venían
dando en el momento, y vivenciado por ellos mismos, por el nazismo, Horkheimer
dice “Es derecho y deber de todo hombre
pensante medir el llamado mundo libre según su propio concepto y defenderlo
contra el fascismo de corte hitlerista, stalinista o de cualquier otro tipo.”
(Horkheimer, 2003,13), el cuestionamiento de las ideas es entonces una
herramienta como forma de defensa para aquellas ideas inconvenientes.
Ésta
teoría estaba en contra de la teorías tradicionales, es el caso del positivismo
y el empirismo, no estaban de acuerdo con que plantearan que todo conocimiento se apoya en los
conocimientos científicos, ni que la experiencia acompañado de todo sensación
perceptiva son la base del conocimiento; esto con el motivo de que la ciencia
oculta cosas para favorecer la clase monopolista del momento en vez de trabajar
en pro de la sociedad como dicen hacerlo.
Pero es necesario preguntarnos qué relación
guarda ésta teoría crítica con la actualidad, pues bien, es necesario destacar
que las palabras de Horkheimer si han tenido vigencia y pueden vislumbrar en
cualquier contexto que la necesidad de un pensamiento crítico es cada vez más
necesario, el problema es cómo hacer que la gente piense, cómo movilizar a la
masa para ir en pro de nuestra naturaleza: la libertad; en nuestro contexto
vemos como hay tanta gente alienada con el prototipo de sociedad que se ha
vendido, militarista, consumista, burocrática, corrupta, y de peso vemos como
la educación primaria fortalece aún más estas ideas dejando de lado la
formación basada en el cuestionamiento a la acción, la conciencia; si
observamos la educación universitaria vemos como también el sistema económico
ha prevalecido en algunas de estas instituciones y han dejado de lado la
importancia que tiene la formación educativa porque simplemente el sistema
quiere cada vez más buscar manipular a aquellos “profesionales” para su propio
beneficio.
“ Forma
parte del encubrimiento de las causas de la crisis actual el hecho de que se
haga responsables de ella, justamente, a las fuerzas que trabajan para lograr
una mejor configuración de las condiciones humanas; ante todo, al propio
pensamiento racional, científico. Se procura que su aumento y su cultivo sean
pospuestos, en el individuo, a la formación de lo «anímico»; también se intenta
desacreditar, como instancia decisiva, el entendimiento crítico, hasta donde no
sea necesario en la industria desde un punto de vista profesional. Mediante la
teoría de que el intelecto sólo es un instrumento apto para los fines de la
vida cotidiana, pero que ante los grandes problemas tiene que enmudecer y dejar
el campo libre a fuerzas más sustanciales del alma, se aleja la posibilidad de
un estudio teórico de lo social”.(Horkheimer, 2003,16)
El anterior asentimiento es una visión que
evidentemente hoy se aplica y que lo constatamos con lo dicho anteriormente, la
falta de conciencia no nos ha permitido generar cambios radicales, estamos en
las mismas condiciones pero en diferente año, no ha cambiado mucho; es por esto
la importancia de replantearse teorías y mirar hasta qué punto son llevadas a
cabo realmente y los profesores cumplen un papel importante en estos procesos,
así hayan factores en contra, ese es el deber del docente ya que son quienes
instruyen a quienes podrían ser o no futuros seres humanos que generen ese tan
anhelado cambio.
BIBLIOGRAFIA
·
HORKHEIMER, Max (2003), Teoría crítica. Traducción: Edgardo Albizu y Carlos Luis.
Buenos Aires : Amorrortu,2003. PP. 13,16.
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